El concepto de prefabricación en el campo de la construcción corresponde a elementos, partes o edificios completos producidos en fábricas y transportados al sitio de construcción para una instalación exprés. Esto entrega numerosas ventajas sobre los métodos constructivos tradicionales, como rapidez, precisión en los procesos, eficiencia, limpieza en la obra y, en muchos casos, ahorros económicos. Si consideramos que la vivienda es una necesidad humana primaria, el uso de métodos industriales para la construcción de viviendas asequibles y de buena calidad siempre ha movido a los arquitectos, ya sea para dar soluciones a poblaciones urbanas en crecimiento, o para levantar asentamientos temporales o de emergencia, en las más diversas escalas. Luego de muchos intentos en la historia, queda la duda de si la popularización de la prefabricación puede ser una solución para entregar una mayor equidad en el acceso a la vivienda.
Esta idea no es nueva en absoluto. Arquitectos como Frank Lloyd Wright, Le Corbusier, Jean Prouvé y Walter Gropius han desarrollado varios proyectos para integrar eficazmente la construcción de viviendas y la industria. Este último profesional merece ser destacado por su esfuerzo en el tema. La publicación «The Dream of the Factory Made House«, de Walter Gropius y Konrad Wachsmann, editada por MIT Press, ofrece una visión general de las experiencias de los dos arquitectos alemanes, sus logros y sus numerosos contratiempos. The Packaged House System, desarrollado por los dos arquitectos, es un prototipo cuyo ingenio llama la atención. Diseñado después de la Segunda Guerra Mundial, el prototipo puede expandirse o reducirse según sea necesario, pero desafortunadamente, no sobrevivió comercialmente.
En la edición brasileña del libro de 1929 «Bauhaus: nova arquitetura«, Gropius aporta una interesante aproximación al tema: «Así como hoy en día el 90% de la población ya no piensa en pedir zapatos a medida, limitándose a utilizar productos en serie como consecuencia de los métodos de fabricación mejorados, en el futuro los individuos podrán encargar del almacén su vivienda más adecuada. La tecnología moderna quizás esté a la altura de esta tarea, pero no la organización económica de la industria de la construcción, que todavía depende completamente de los métodos de trabajo manual y no reserva un papel menos restringido para la máquina». Aunque actualmente existen muchas empresas y ejemplos de casas prefabricadas, la predicción de Gropius claramente no se materializó como esperaba y, especialmente en los países en desarrollo, la construcción sigue siendo altamente artesanal y la industria está calificada como extremadamente resistente al cambio y a la incorporación de nuevas tecnologías.
Pero este escenario ha cambiado. Existen dos tipos principales de elementos prefabricados: 2D y 3D. Mientras que los primeros incluyen elementos y paneles predimensionados, que facilitan el transporte y la personalización del edificio, los prefabricados 3D, por otro lado, son sistemas volumétricos estructurales tridimensionales que se pueden combinar en terreno para cubrir otras unidades o sistemas, que generalmente ya incluyen todas las instalaciones.
El informe Construcción modular: De los Proyectos a los Productos, del año 2019, señala que «la construcción modular (o prefabricada) no es un concepto nuevo, pero los avances tecnológicos, las demandas económicas y los cambios de mentalidad hacen que esté atrayendo un aumento sin precedentes de interés e inversión. Si eso sucede, podría dar a la industria un gran impulso en la productividad, ayudar a resolver las crisis inmobiliarias en muchos mercados y remodelar significativamente la forma en que construimos hoy». El documento asegura que los proyectos modulares recientes ya han establecido un historial sólido para acelerar los cronogramas de proyectos hasta en un 50% y que pueden reducir los costos en un 20%. El enfoque también tiene el potencial de generar ahorros monetarios significativos, aunque esto sigue siendo más la excepción que la norma en la actualidad.