Un estudio realizado en Estados Unidos por el sitio de bienes raíces Realtor.com indica que en el futuro dos tercios de su población viviría en una casa impresa 3D si tuviera la oportunidad. Los más jóvenes, por ser nativos tecnológicos, son los que están más abiertos a la idea. La encuesta reveló que el 75% de los millennials y el 69% de los de la Generación X vivirían en un hogar así.
Al relacionarlo con los ingresos, el estudio destacó que es más probable que los consumidores urbanos de mayores ingresos vivan en una casa construida con tecnología aditiva.
Las ventajas de una casa 3D
Al compararlas con una construcción tradicional, las casas impresas corren con las ventajas de que tienen un costo final más bajo, mayor eficiencia energética, mayor resistencia ante desastres naturales -teniendo en cuenta que en Estados Unidos se acostumbra a construir casas a base de madera-, una mayor rapidez para llevarse a cabo y el menor impacto medioambiental al realizarse. Además, tienen el potencial para hacer diseños personalizados y lograr formas que a través del método tradicional sería mucho más complicado y caro de lograr.
“Es algo que está en pleno auge y que tomó muchísima fuerza en 2015”, destacó Daniel Antonelli, quien tiene a cargo de la oficina de Proyectos Espaciales del Astillero Río Santiago, en Ensenada. En una alianza con la Universidad de La Plata, esta entidad se encuentra en vías de desarrollar una gran impresora para construir este tipo de viviendas a nivel local. Por otro lado, la casa de estudios estaría a cargo de definir el mortero, la mezcla de características cementicias, a utilizar.
Paso a paso: cómo se imprime
La impresora que están diseñando estas dos entidades es aproximadamente del tamaño final de la casa que construyen. Tiene seis metros de ancho, se desliza sobre rieles y tiene una viga donde se deposita el cabezal de deposición.
“En vez de usar ladrillo, mezcla de cemento y revoque, se transcribe el diseño en un lenguaje compatible con (el programa) CAD y la máquina comienza a hacer la deposición de la mezcla formando los muros hasta la altura del techo. Hace la construcción sobre una platea, generalmente de hormigón”, explicó el ingeniero industrial.
En cuanto al tamaño “la casa no tiene límites”, destacó, porque el límite lo ponen los rieles: “Si vos ponés 100 metros de riel, podés hacer una casa de 100 metros de largo”. En cuanto al ancho, barajan un prototipo de 6 metros entre vigas y otro de 11 metros. En resumidas cuentas, con esta impresora se podrá hacer una casa de máximo 11 metros de ancho por el largo que se desee.
En la escuela de astilleros de Santiago ya tienen un prototipo escala con un área de impresión de 1 x 1,5 metros funcionando y aprobado donde van a hacer pruebas de deposición, usando mientras tanto la mezcla importada de una empresa privada.
El potencial de fabricación de la máquina ofrecería casas de 42m², 62m² y 72m², que podrían tener hasta tres plantas de altura. El tiempo de construcción es el gran diferencial de esta modalidad. Como en Europa, el proyecto tiene el objetivo de llegar a construir una casa de 72 m2 en 50 horas. Esto abarata enormemente los costos de obra, ya que el trabajo de aproximadamente un año que toma la modalidad tradicional se reduce enormemente a dos días y medio.
Además, las viviendas que el proyecto del astillero y la Universidad planean poder construir tendrían un foco ecológico: “Van a estar armadas con biodigestores, paneles solares, precalentadores de agua”, detalló el ingeniero.
La tendencia en otros países
“En América no conozco empresas que estén vendiendo o fabricando estas máquinas”, observó Antonelli. Si bien países como México o Estados Unidos se encuentran implementando este método de construcción activamente, generalmente usan máquinas importadas de Europa.
Este revolucionario sistema podría presentarse como solución al problema habitacional que enfrentan muchas regiones y países del mundo, entre ellos Argentina. Un informe publicado por la empresa investigadora Trendsity ejemplifica esta actividad a nivel global: “HFH (habitat for humanity) trabaja en un proyecto piloto en Tempe, Arizona, que implica la construcción de una casa personalizada de un solo piso, utilizando una combinación de impresión 3D y métodos de construcción tradicionales. WASP y MCA –Mario Cucinella Architects– se embarcaron en la construcción de un modelo innovador para un hábitat impreso en 3D y lanzarán el primer prototipo cerca de Bolonia, Italia: se trata de un nuevo modelo de vivienda circular, con materiales totalmente reutilizables y reciclables tomados del terreno local”, señalaron.
Fuente: www.lanacion.com.ar