Qué son la proporción y la escala en la arquitectura y por qué son tan importantes

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  • Dos elementos fundamentales que deben estar presentes en cualquier proceso de diseño arquitectónico.

Dentro del gran mundo de la arquitectura existen una serie de factores que, pensados como un todo, ayudan a la creación, diseño y construcción de las grandes obras de arquitectura que todos conocemos. La proporción juega un papel primordial ya que se refiere a la relación armoniosa de una parte con otra o con el todo, mientras que la escala sugiere la relación de tamaño del objeto con respecto a su entorno y con otros objetos.

Ambos elementos están sujetos a las características físicas e intrínsecas de los materiales que van a ser utilizados, así como al diseño por parte del arquitecto. De esta forma, un mismo material puede tener distintas configuraciones, tamaños y colores, lo que afecta la percepción del usuario con respecto a la proporción y la escala. A lo largo de la historia y gracias a la experiencia y experimentación de arquitectos, artistas, matemáticos y teóricos, encontramos varios sistemas de proporción que han ayudado a crear arquitectura en todo el mundo.

Sistemas de proporción

Creados para unificar visualmente los múltiples factores que afectan el diseño arquitectónico, así como para dar cohesión y uniformidad a todo el conjunto. Incentivan el orden, aumentando la continuidad de las secuencias espaciales y determinan la relación entre interior y exterior.

Sección áurea

Probablemente, es el sistema de proporción más antiguo, nacido de la combinación de la concepción pitagórica de “todo es número” y de que ciertas relaciones numéricas reflejan la estructura armónica del universo. Este sistema, descubierto por los griegos y teorizado gracias al conocimiento matemático, se define como una recta dividida de manera que la parte menor es a la mayor como ésta lo es a la total, representado numéricamente como 1.618.

En la antigua Grecia se utilizó este sistema para definir las proporciones y medidas de la arquitectura, siendo uno de los ejemplos más importantes el Partenón, mientras relacionaban también con las medidas del cuerpo humano. Existe una correspondencia importante entre la sección aurea y el número de Fibonacci —secuencia en la que cada término es la suma de los dos anteriores— el cual lo podemos encontrar en la naturaleza, como en los girasoles y las conchas de algunos moluscos.

Los órdenes clásicos

Sin duda alguna, todos los arquitectos del mundo conocen estos nombres: dórico, jónico y corintio. Este sistema, básico en la antigüedad se utilizó para la proporción de los edificios y cuya unidad básica era el diámetro de las columnas. A partir de éste se definían las dimensiones del capitel, del fuste, de la base así como también del espacio entre ellas, llamado intercolumnio.

Se reconocen y distinguen por la forma de la columna pero sobre todo por su capitel. Los griegos sólo utilizaron tres órdenes: dórico, jónico y corintio. Los romanos tomaron y transformaron los órdenes griegos, realizando sus propia versiones, de las cuales surgieron dos más: toscano y compuesto. De acuerdo con la tipología del edificio, se utilizaban ciertos órdenes: para los espacios exteriores y los templos dedicados a los dioses masculinos se usaban el toscano y el dórico, y para los templos dedicados a deidades femeninas, tanto en espacios interiores como exteriores, se utilizaban el jónico, el corintio y el compuesto.

Teorías del Renacimiento

Gracias a los escritos de Vitruvio (Los Diez Libros de la Arquitectura) y posteriormente a los de Jacopo Barozzi da Vignola (Tratado de los cinco órdenes de la Arquitectura) en el Renacimiento, que Andrea Palladio rescataría e implementaría en una serie de proyectos de alto valor estético, pretendiendo pertenecer a un orden más elevado, el cual encontraron en el sistema proporcional matemático de la Antigüedad.

En su tratado Los Cuatro Libros de la Arquitectura expresa: «La belleza surgirá de la forma y de la correspondencia del todo con las partes, de éstas entre sí mismas y, una vez más, de éstas con el todo; así la arquitectura puede aparecer como un cuerpo absoluto y completo, donde cada miembro concuerda con el otro…»Todas sus ideas fueron conceptualizadas en distintos proyectos, siendo el más conocido la Villa Capra (La Rotonda) en Vicenza, Italia.

El Modulor

Con la misión principal de ordenar “las dimensiones de aquello que contiene y de lo que es contenido”, Le Corbusier desarrolló este sistema de proporciones en 1948, basado en las unidades de medida de los griegos y los egipcios, las cuales consideraba que eran “infinitamente ricas y sutiles, pues formaban parte de las matemáticas del cuerpo humano, ágil, elegante y sólido, fuente de la armonía que nos mueve, la belleza.”

Las tres medidas principales: 113, 183 y 226 centímetros surgieron de la sección áurea y responden a las medidas del cuerpo humano en distintas posiciones. Para el arquitecto suizo, no se trataba solamente de un sistema proporcional, era un sistema que regía todas las longitudes, las superficies y los volúmenes, “para mantener la escala humana en todas partes.” La Unidad de Habitación de Marsella, construida entre 1946 y 1952, es el proyecto en el cual Le Corbusier aplicó todas las normas de El Modulor.

El Ken

Los sistemas de proporción no solo se dieron en Europa (y posteriormente en América), desde la Edad Media, en Japón se comenzó a utilizar un sistema denominado, el Ken. Inicialmente, se utilizaba solamente para definir el intercolumnio de los edificios civiles y religiosos, pero gradualmente se fue introduciendo en la arquitectura residencial. A diferencia de los órdenes clásicos en los que el diámetro de las columnas podía variar, el Ken era una medida absoluta.

De la misma forma en que se introdujo a la arquitectura habitacional, el Ken se convirtió en una medida estética y estructural que llegó a influir en las medidas de los espacios arquitectónicos y en los materiales. Su valor ha variado con el tiempo, sin embargo se considera una medida estándar de 1.81 metros, es la sexagésima parte de un cho, unidad de longitud utilizada en el país oriental.

Escala

Se refiere a la acción que nos permite dimensionar los objetos y los espacios, ya sea mediante un sistema de medidas (métrico o imperial) o respecto a otro, realizando una comparación entre ellos.

Escala Visual

No se refiere a las dimensiones reales de los objetos, sino a la forma en la que se presenta un objeto con respecto a otros, mayores o menores. De esta forma podemos dimensionar el tamaño de un cubo situado al lado de una casa, contra un uno situado junto a una silla.

Cuando se dice que algo está en “pequeña escala” se refiere a que se percibe de menor tamaño que se acostumbra y viceversa cuando nos referimos a la gran escala. Con estos principios podemos percibir que distintos estilos de arquitectura han jugado con la escala a lo largo de la historia, como el Gótico, el Romántico y, más recientemente, el Deconstructivismo.

Escala Humana

Para la arquitectura, la figura de la escala humana es esencial para el diseño y conceptualización de cualquier espacio, aunado a los estudios antropomórficos y las medidas estándar que se deben manejar para un diseño óptimo y funcional. Con esto en mente, la arquitectura utiliza la escala para definir la jerarquía de los espacios, un excelente ejemplo es la variación de alturas que **Luis Barragán** utilizó para delimitar los espacios en su casa en la Ciudad de México.

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