California: el plan de construcción sustentable que podría generar casas a precios inaccesibles

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  • Un cambio reciente en el código de construcción para nuevas edificaciones podría reducir las emisiones al requerir el uso de paneles solares y baterías, pero a la vez generar un aumento en los precios de venta.

En los Estados Unidos, California es uno de los estados líderes en la lucha contra el cambio climático, al fomentar activamente el uso de energía renovable y automóviles eléctricos. Ahora, el Estado está asumiendo un desafío aún más difícil: reducir las emisiones de hogares, negocios y otros edificios que deben ser calentados, refrigerados y alimentados.

Este mes, los reguladores estatales actualizaron el código de construcción de California para exigir que las nuevas casas y edificios comerciales tengan paneles solares, baterías y el cableado necesario para cambiar de calentadores que queman gas natural a bombas de calor que funcionan con electricidad. Los expertos en energía dicen que es una de las actualizaciones ambientales a los códigos de construcción más amplias que jamás se intentaron por una agencia gubernamental.

Pero algunos expertos en energía y construcción advierten que California podría estar asumiendo demasiadas responsabilidades de manera muy rápida, además centrándose en el objetivo equivocado: los edificios nuevos, en lugar del universo mucho más grande de estructuras existentes. Su mayor temor es que estos nuevos requisitos aumenten los costos de construcción del Estado -que ya son altos-, poniendo las casas nuevas fuera del alcance de las familias de ingresos medios y bajos que no pueden pagar fácilmente los costos iniciales más altos que resultan de la energía más limpia y los equipos de calefacción, que típicamente se amortizan a lo largo de los años mediante ahorros en las facturas mensuales de servicios públicos.

La vivienda unifamiliar media en California se vende por poco más de US$800.000, en comparación con el promedio nacional de US$360.000. Para alquilar, las empresas en ciudades como San Francisco y San José pagan más que en cualquier otro lugar del país. Una gran razón por la que los costos son más altos en California es que el Estado no está construyendo suficientes viviendas, algo que los legisladores locales intentaron abordar la semana pasada al promover una legislación que permitiría más de una casa en cada parcela de tierra.

Agregar paneles solares y una batería a una casa nueva puede aumentar su costo en US$20.000 o más. Si bien eso puede no importarle a alguien que compra una propiedad de un millón de dólares, podría ser una carga para una familia que pide prestados unos cientos de miles de dólares para comprar una casa.

Se verá el impacto en aspectos como los alquileres de oficinas o el costo de la leche en el supermercado“, dijo Donald J. Ruthroff, director de Dahlin Group Architecture Planning en Pleasanton, California. ”No hay duda de que esto afectará los precios en todos los ámbitos”.

La idea en el corazón del nuevo código de construcción de California, que se espera que entre en vigencia en 2023, es reducir y eventualmente eliminar el uso de combustibles fósiles como el gas natural, reemplazándolos con electricidad generada por fuentes renovables como paneles solares, turbinas eólicas y represas hidroeléctricas. Es difícil hacer ese cambio porque es necesario actualizar millones de hogares y edificios comerciales. Por eso, California está empezando con los edificios más fáciles de cambiar, que son los que aún no se construyeron.

Los reguladores del Estado reconocen que los cambios en el código podrían aumentar los costos de construcción, pero argumentan que las modificaciones ahorrarán dinero con el tiempo. Por otro lado, los funcionarios argumentan que los cambios son esenciales para reducir las emisiones que provoca el calentamiento global, y que a la vez también tiene costos. La destrucción por incendios forestales, olas de calor y otros fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el cambio climático suman colectivamente miles de millones de dólares en gastos como extinción de incendios, reconstrucción de viviendas y facturas de electricidad más altas.

La urgencia del cambio climático ha aumentado”, dice Andrew McAllister, miembro de la Comisión de Energía de California, que desarrolló y aprobó los cambios al código de construcción. “Sabemos que tenemos que poner manos a la obra y hacer algo”.

El presidente Joe Biden también ha hecho de la lucha contra el cambio climático una prioridad. Este mes, el Gobierno dijo que Estados Unidos necesita triplicar o cuadriplicar el ritmo anual al que está agregando energía solar para eliminar las emisiones del sector eléctrico para 2035. Eso aumentaría la generación solar de alrededor del 3% del sector eléctrico hacia el 40%.

California ya está muy avanzada en la transición, con más de un tercio de su electricidad proveniente de fuentes renovables, y su cambio de código de construcción tiene como objetivo acelerar eso.

California y el Estado de Washington desarrollan sus propios estándares energéticos para la construcción. Los otros 48 estados y el Distrito de Columbia, en cambio, utilizan modelos desarrollados por una división del International Code Council, una organización sin fines de lucro dirigida por funcionarios de la construcción de todo el país. Algunos Estados dejan las decisiones de los códigos de construcción a los gobiernos locales. A veces, algunas jurisdicciones locales adoptan los estándares de energía desarrollados por California, dijo un representante del grupo.

Michael Marini, copropietario de una empresa que construye viviendas en el sur de California, dice que en general apoya la construcción de edificios más ecológicos, pero teme que el Estado no esté pensando en las consecuencias de los cambios que está impulsando.

La compañía de Marini, Planet Home Living, está agregando paneles solares en sus últimos proyectos, incluidas casas unifamiliares y townhouses en Los Ángeles, como lo requiere un cambio anterior al código de construcción del Estado que entró en vigencia el año pasado. Esas casas comienzan en cerca de US$1 millón y llegan hasta los US$2 millones. Los compradores de esas propiedades no se inmutarán ante tener que pagar entre US$10.000 y US$15.000 adicionales por paneles solares, explicó. Marini tampoco está preocupado por el nuevo cambio de código que requerirá que agregue baterías domésticas en algunos edificios multifamiliares a un costo de alrededor de US$5000 cada uno a partir de 2023.

Pero en otros lugares como San Bernardino, una ciudad mucho menos próspera al Este de Los Ángeles, donde la casa típica se vende por alrededor de US$529.000, el costo de los paneles solares y las baterías puede ser una carga mucho mayor para los compradores de viviendas.

“Si lo impulsamos y hacemos cosas que son modernas, eficientes y ecológicas, tendemos a poder hacerlo en Los Ángeles”, dice Marini. “Eso no es del todo cierto en el resto del país. No podemos hacer eso en San Bernardino. Al fin de cuentos, el consumidor siempre absorbe el costo“.

Los townhouses de Sycamore Square fueron las últimas desarrolladas en San Bernardino antes de que el “mandato solar” entrara en vigencia el año pasado. Glenn Elssmann, un socio en el proyecto que contrató a la empresa de Marini como contratista, dijo que el costo adicional del requerimiento solar habría hecho imposible la construcción del desarrollo. Las casas en Sycamore Square se vendieron en US$340.000 para las unidades de cuatro dormitorios y tres baños, y algunas llegaron a los US$370.000.

Jimmie Joyce, de 44 años, que trabaja en el Departamento de Salud Pública del Condado de Los Ángeles, pronto cerrará la compra de una casa en Sycamore Square después de intentar durante casi un año comprar más cerca de Inglewood, una ciudad cercana a Los Ángeles, donde vive ahora. Es probable que su viaje diario aumente de unos 40 minutos a una hora y media.

“Yo, por mi parte, ni siquiera planeaba mudarme tan lejos”, dijo Joyce. “Tal como está el mercado, la gente está haciendo una oferta excesiva para tratar de conseguir casas”. Dice que hizo una oferta de entre US$10.000 y US$15.000 más alta que el precio de venta por una casa que terminó con más de 70 ofertas, incluida una que fue US$60.000 más alta que la suya.

Su nuevo hogar ya es caro para él, dijo, y agregar US$10,000 a US$20,000 más para energía solar, una batería y otras comodidades “lo haría mucho más desafiante”.

Los cambios que adoptaron los reguladores este mes también requerirán que la mayoría de los edificios comerciales nuevos, incluidas escuelas, hoteles, hospitales, edificios de oficinas, minoristas y supermercados, además de edificios de departamentos y condominios de más de tres pisos, incluyan energía solar y baterías. Los reguladores también requerirán que las viviendas unifamiliares tengan cableado que les permita usar bombas de calor eléctricas y calentadores de agua, en lugar de los que queman gas natural. Aproximadamente el 55% de los hogares de California usan calefacción eléctrica y el 45% usa gas natural.

Chris Ochoa, asesor principal de códigos y asuntos regulatorios y legislativos de la Asociación de la Industria de la Construcción de California, dijo que los constructores apoyan los esfuerzos para abordar el cambio climático. Pero cree que también se necesita hacer más para modernizar los edificios existentes con sistemas más eficientes desde el punto de vista energético. De lo contrario, las casas nuevas, con sistemas más eficientes y avanzados, serán aún menos asequibles para quienes compran por primera vez.

Hay 14 millones de casas existentes, una cantidad que eclipsa los aproximadamente 100.000 permisos que los constructores buscan anualmente para nuevas casas en el Estado, agregó Ochoa.

“Realmente hay que concentrarse en el parque de viviendas existente”, dijo. “Ahí es donde se obtiene el mayor provecho de la inversión”.

Ruthroff explica que la estrategia de enfocarse en las casas nuevas tiene sentido porque es “la fruta más fácil”. Pero agregó que no se podía ganar mucho al imponer tales requisitos a los edificios nuevos, ya que ya están mucho mejor aislados y tienen electrodomésticos y equipos de calefacción y refrigeración más avanzados que los hogares más antiguos.

McAllister, el miembro de la comisión de energía, dijo que aprecia la necesidad de mejorar los edificios existentes. Pero abordar ese problema llevará muchos años y mucho dinero. “Se necesitarán decenas de miles de millones de dólares para hacerlo”, dijo.

Por ahora, la comisión se centra en exigir los cambios más rentables. Por ejemplo, su reciente cambio de código se basó en un análisis que determinó que tenía sentido económico exigir paneles solares y baterías para las casas nuevas y la mayoría de los edificios comerciales, pero no para almacenes y fábricas mucho más grandes. Los nuevos cambios de código también serán más fáciles, afirmó McAllister porque muchos propietarios y empresas ya están comprando paneles solares y baterías.

“La energía solar es barata”, dijo McAllister. Y “es una comodidad que el mercado realmente quiere”, concluyó.

Fuente: www.lanacion.com.ar

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