- Bodegas que ya de por sí merecen una visita y que nos invitan a viajar
El laborioso proceso de elaboración del vino es fruto de un intenso trabajo de muchos meses, desde la vendimia y la fermentación, al reposo durante meses en barricas y el embotellado. Y para conseguir el aroma, el color y el sabor deseados, se precisan las condiciones idóneas de luz, temperatura y humedad que se dan en las bodegas donde, finalmente, transformarán las uvas en un delicioso elixir para el paladar.
Pero no solo atrae el vino, también los edificios que albergan sus instalaciones y que, en las últimas décadas, han cobrado gran protagonismo -a veces más que sus propias creaciones-, como una forma más de acercar el turismo a la cultura del vino.
Hay bodegas excepcionales con siglos de historia, pero también las hay con diseños modernos, provocadores y creativos, capaces de sorprender y emocionar, y que son obra de arquitectos que desafían lo tradicional para crear auténticas joyas arquitectónicas.
No hay límites para la imaginación humana, y ejemplos hay muchos, pero hacemos un recorrido especialmente pensada para los amantes del vino en las mejores bodegas del mundo. Visitarlas y probar sus vinos es una gran experiencia.
La familia Antinori posee una de las empresas vinícolas más antiguas de Italia con más de 600 años de historia. En 2012, en la zona del Chianti, contruyeron una nueva bodega que fusiona a la perfección arquitectura y el maravillos paisaje de la Toscana de viñedos y olivos. De color marrón rojizo y construida con materiales naturales, como la terracota, la madera, el acero y el vidrio, se oculta mimetizada entre las colinas, es practicamente imperceptible desde el aire.
Y aprovechando el desnivel de la parcela, el edificio se hunde en la tierra, y solo por un par de líneas acristaladas podemos adivinar lo que hay dentro. Mientras que, en los niveles inferiores, y de forma aislada, el vino madura en barricas aprovechando el revestimiento de las bóvedas y paredes de cerámica que alislan de los cambios bruscos de temperatura.
- Recomendación: Para los que quieran disfrutar del vino y del paisaje, ubicado en el techo del edificio, se encuentra el restaurante de la bodega el Rinuccio 1180.
Una gran estructura de hormigón armado se asienta sobre un terreno triangular a los pies del imponente castillo de Peñafiel, una villa medieval que se encuentra en plena ruta del vino de la Ribera del Duero. Se trata de una bodega de la casa Protos que ha buscado la similitud con los antiguos lagares de la zona, por eso una parte se encuentra soterrada, allí se ubican las instalaciones destinadas a la elaboración y maduración del vino que, como antaño, utiliza la tierra para mantener una temperatura estable en el interior.
La cubierta es una estructura de madera que soporta cinco bóvedas entrelazadas que, a su vez, están cubiertas por grandes piezas de cerámica roja típicas de la zona, lo que le permite absorber el calor de los rayos del sol para disiparlo en la supefície. Son cinco amplias naves que imitan las enormes bóvedas de las catedrales góticas, mientras que las paredes de vidrio dejan pasar la luz y permiten unas vistas espectaculares de los viñedos de los alrededores.
Situado en un campo de viñedos de la región de Moravia, de gran tradición vinícola, este edificio está formado por: la sala de elaboración del vino, un espacio administrativo y un centro de visitantes con una sala de degustación contigua. La construcción se inspira en las tradicionales bodegas de la región de paredes blancas y cubierta ondulante. El techo bóvedo descansa sobre unas vigas arqueadas que, además en este caso, están diseñadas para coincidir con las hileras de vides del exterior visibles a través de grandes cristaleras, y que da la sensación de estar en medio del campo.
La bodega se encuentra en una suave pendiente que se aprovecha para agregar un techo en forma de ola, escalonado y transitable, que permite crear un teatro al aire libre escenario de todo tipo de eventos culturales.
- Recomendación: Quedarse a dormir en el Hotel Lahofer y degustar los vinos en una pequeña cava del hotel.
Situada en la comarca del Empordà, en los bonitos parajes naturales de las Gavarres, la bodega Brugarol sorprende con un edificio singular escondido bajo tierra. Como si fuera un secreto oculto, se accede a su interior por un sendero que desciende a través de unos paneles de acero paralelos al suelo, y que se inclinan en diferentes direcciones para dejar pasar a la luz natural y el aire, creando formas geométricas que pueden llegar a desconcertar.
En su interior, las luces y las sombras juegan entresí para crear la atmósfera perfecta en la que probar vinos totalmente ecológicos, que se elaboran a un metro bajo tierra, de esta forma se consigue la temperatura y humedad necesarias sin recurrir a la energía eléctrica.
- Recomendación: Alojarse en la Finca Bell Lloc y probar su propuesta gastronómica de productos de su huerta y su obrador, donde producen aceite, vino, mermelada y quesos.
Le Dôme es una bodega situada en un pequeño valle al oeste del pueblo medieval de Saint Émilion, en un paisaje de viñedos inscrito en la lista del patrimonio cultural de la Unesco. Integrada entre las suaves colinas, la bodega emerge como un cilindro de hormigón parcialmente enterrado para aprovechar la masa térmica del suelo. La parte superior es circular y está construida en madera, con una cubierta abovedada de 40 metros de diámetro revestida por fuera con tejas de terracota recicladas, en cuyo centro se abre un tragaluz de seis metros de ancho por el que entra la luz natural.
La estructura está creada para mirar simultáneamente hacia adentro y hacia afuera. En el interior se alberga un espacio de degustación, un bar de vinos y un área de entretenimiento donde los visitantes pueden mirar por la galería circular hacia abajo, a los espacios de producción y almacenamiento de vino, al tiempo que se puede ver el exterior con vistas 360 grados a los viñedos adyacentes.
Situada a los pies de la cordillera de Los Andes, Viña Vik es el sueño de Alexander Vik, un filántropo noruego que buscó en estas tierras el mejor lugar en el que poder elaborar su vino. La viña fue proyectada en el valle de Millahue, que significa «lugar de oro» en lengua mapuche, y la bodega se diseñó de tal forma que tuviera el mínimo impacto en el entorno, por eso, gran parte se encuentra bajo tierra donde se elabora el vino. El techo es una tela extendida transparente que permite el paso de la luz natural al interior, por lo que no se necesita luz artificial, además, esta gran lona es vista desde el exterior como una enorme ala blanca.
El acceso al interior se realiza por una gran plaza inclinada en la que circula agua que, además de bonito, sirve para refrescar la sala de barricas situada debajo de ella. Una serie de pasarelas permiten al visitante transitar por esta superficie con vistas a la cordillera y al viñedo.
- Recomedación: A escasos 900 metros de la bodega se encuentra el Vik Viñedo-hotel, diseñado por el arquitecto uruguayo Marcelo Daglio, que posee una vista fenomenal al valle.
Enclavado entre viñedos en una de las mejores regiones vinícolas de Argentina, se alza un edificio que rinde un homenaje a la cordillera de los Andes. Realizada hormigón armado y arena, esta gran mole de paredes diferentes, emerge de la tierra del valle de Uco (Mendoza) buscando la integración con el paisaje. La construcción se realizó con elementos naturales: piedras del lugar y arena y agua del río Tunuyán. La iluminación natural se logra a través de grandes ventanales, y el sol se refleja en el exterior a través de una gran cúpula de metal.
Zuccardi Valle de Uco en Mendoza ha sido seleccionado tres veces como el mejor viñedo del mundo y el mejor viñedo de América del Sur en el ranking World’s Best Vineyards.
- Recomendación: Su restaurante Piedra Infinita invita a sentarse y deleitarse con excelentes platos en un entorno extraordinario.
En Kelowna, una de las mejores zonas vinícolas de la Columbia Británica, de antiguos suelos volcánicos y glaciales, se ubica el nuevo edificio de la Martin’s Lane Winery que, pacientemente, elabora vinos con un pinot noir excepcional.
La bodega realizada en vidrio, acero y hormigón, se camufla perfectamamente en el entorno, y aprovecha: por un lado la pendiente de la ladera para su proceso de vinificación por gravedad, evitando así el uso de maquinaria y la manipulación de la fruta, además de aprovechar las temperaturas estables de la tierra; y por otro lado, en una área más elevada dedicada al visitante, sus grandes ventanales permiten unas vistas espléndidas de los viñedos y el lago Okanagan.
Fuente: https://www.lavanguardia.com/
