- Este tipo de edificaciones, que utilizan componentes creados en fábricas, están dando el salto al sector residencial y a las instalaciones de servicios
La construcción industrializada ha ido ganando terreno en la edificación de viviendas y edificios, dejando de ser solo una opción para servicios auxiliares como las conocidas oficinas de venta. Es un modelo que se basa en la optimización de procesos y en el que algunos componentes se fabrican en centros de producción para su traslado y ensamblaje en el lugar de construcción, usando nuevas tecnologías y con mano de obra especializada. Con ventajas para el profesional y el cliente, son ya muchos los que ven en este tipo de construcción un largo recorrido.
La empresa sevillana Cimpra es pionera en la construcción industrializada y cuenta en Utrera con una de las fábricas más grandes de España. «Comenzamos fabricando auxiliares a la construcción tradicional como servicios, aseos, oficinas de venta, comedores…», cuenta Antonio Aguilar, gerente de Cimpra.
«A partir de ahí, con los años se van implementando sistemas y materiales nuevos, y sumas calidades y puntos a este tipo de construcción básica», añade.
Son muchas las ventajas que encuentra Aguilar en este tipo de construcción porque «todo trabajo hecho en industria cuenta con controles de calidad que son mucho más altos. Partiendo de esa premisa, con la implementación de nuevos materiales, se logra un nivel de eficiencia energética más alto». Se consiguen también plazos de entrega más certeros, no dar margen a la improvisación y conseguir presupuestos cerrados. «Al trabajar en industria todos los gremios están profesionalizados», recuerda.
Pasar de una construcción a otra fue al principio «una lucha con los proyectos habituales. Nos comemos un poco la cabeza en fábrica para adaptarlo». Sin embargo, ya trabajan con arquitectos que diseñan construcción industrializada. «Es una tendencia y una demanda por parte de cliente». Cree que hasta hace poco se consideraba un tipo de edificación en serie, «algo provisional, a la que se acudía para ahorrar en presupuesto». Gracias a los ejemplos ya existentes, el cliente ha empezado a darle valor. «En muchos casos el ahorro no lo ves a nivel inicial pero sí logras amortizar las instalaciones en cuatro años porque se logran niveles de consumo de la vivienda casi nulos», indica el gerente de Cimpra. Lo normal es conseguir un 80% de la construcción en fábrica, pero «tenemos incluso modelos con un nivel de acabado de 97%».
Cintra trabaja en prácticamente todo el país. Actualmente cuentan con un proyecto para los Puertos de Andalucía. «Vamos a realizar unos kioscos gourmet para dar una oferta a los puertos deportivos. Se trata de edificios conformados por dos módulos donde se les da todo el equipamiento para ponerlo en funcionamiento en horas», cuenta Antonio Aguilar. Destaca el toque minimalista que va de la mano de este tipo de edificación, «con acabado medio, alto y bastante alto, porque se buscan mayores prestaciones». En un principio la parte fuerte del negocio eran construcciones básicas, pero «se ha revertido y los proyectos especiales representan un 80%».
Ahorro de tiempo
Hace dos años, con el inicio de la pandemia, el grupo empresarial Sorigué realizó su primer proyecto de construcción industrializada con la ampliación del Hospital Hermanos Trias i Pujol (Badalona). «Actualmente estamos ejecutando la ampliación del hospital de Granollers bajo el mismo sistema. Los proyectos que iniciamos ahora para el Ayuntamiento de Barcelona representan nuestra primera experiencia residencial en este campo. Medioambientalmente estos proyectos tendrán un impacto aún más positivo porque trabajaremos con materiales como la madera para su estructura, reduciendo la huella de carbono de la obra», explica Xavier Gabarró, delegado de Edificación en Sorigué. Una de las razones que llevó a esta compañía a dar el paso a este tipo de construcción fue «el ahorro de tiempo, que es algo determinante. Puedes ejecutar en paralelo actividades en obra y en taller. Por otro lado, mejoras las condiciones de trabajo y tienes un mejor control de la calidad del proyecto».
Gabarró destaca también la respuesta rápida y medioambientalmente sostenible a las necesidades tanto en vivienda como en instalaciones sanitarias o educativas que aporta esta solución. «Representa además una renovación tecnológica en nuestro sector, ya que implicará un avance en sistemas constructivos y de materiales», añade. Cree igualmente que la construcción industrializada debe ayudar a reducir el impacto medioambiental del sector, con la implementación de nuevos procesos y materiales. «En nuestro caso, es lo que nos mueve en los proyectos que estamos desarrollando».
Interés creciente
El arquitecto Sigfrido Herráez, decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM), recuerda que «cada producto necesita su material y algunos van en la dirección de la construcción industrializada, cada vez más». No lo defiende a ultranza, pero tampoco está de acuerdo con atacarla. «La industrialización tiene que dar alguna ventaja para que avance, no se trata de cambiar una construcción por otra. Lo que hasta ahora se ha vendido es que es más rápida y más barata. Si es cierto, irá hacia delante. Pero si eso no ocurre los arquitectos vamos a defender la estética que te da la construcción tradicional», añade.
En el COAM se está llevando a cabo la tercera edición del curso de Técnico especialista en construcción industrializada, algo que demuestra el interés creciente en la materia. Cree que «hay una tendencia en el público a pensar que lo prefabricado es peor, pero en algunos aspectos tiene muchas ventajas». Señala también que en vivienda de emergencia, por ejemplo, la construcción industrializada es una prioridad.
Fuente: https://www.abc.es/