- ‘Arquitectura de andar por casa’ es un ensayo sobre cómo han evolucionado nuestras viviendas, cómo lo harán y los motivos que propiciaron esos cambios. «Todo influye, la tecnología también», explica su autor
La única disciplina artística en la que se vive, se come y se duerme es la arquitectura. Lo sabe bien Luis Lope de Toledo, arquitecto y divulgador, que desde hace varios años trata de acercarla al común de los mortales a través de sus redes sociales, donde acumula una auténtica legión de seguidores. No tardó en llamar la atención de miles de usuarios en Twitter gracias a sus hilos de #juevesdearquitectura, un concepto que luego fue adaptando y exportando a otras plataformas como YouTube, Instagram o TikTok. Su éxito se aprovecha, en parte, del placer que produce algo tan sencillo como ver fotos de casas de diseño, reformas o renders en muchas personas, capaces incluso de gastar tiempo en webs como Idealista con la única pretensión de curiosear y no con la intención de alquiler o comprar. «Creo que ese interés ocurre, porque es algo muy cercano a todos a diferencia, por ejemplo, de la ciencia», cuenta en una entrevista a Teknautas. «Todos vivimos en la arquitectura y todos podemos tener una opinión».
Ahora se ha animado con su primer libro Arquitectura de andar por casa (editado por Temas de Hoy), un ensayo, como su propio título adelanta, que se aleja de los grandes faustos de monumentos y edificios históricos y se acerca al ámbito doméstico, a nuestro día a día, analizando cómo han evolucionado nuestras viviendas, cómo lo harán y los motivos que se ocultan detrás de esos cambios. «Todo influye en nuestros hogares. Y ese todo influye puede ser social, puede ser económico o puede ser cultural. Ahora, por supuesto, va a ser tecnológico«, apunta, que también avisa que la arquitectura lleva sus propios ritmos. «Es como un elefante. Un animal pesado pensado para muchos años que cuesta mucho mover. Por eso muchas veces hablamos de tendencias o novedades que tardaremos mucho en ver en nuestras casas».
PREGUNTA. Tengo la sensación de que pasamos mucho más tiempo en el dormitorio que hace unos años y que la tecnología tiene mucho que ver en esto.
RESPUESTA. Hasta hace poco, la familia se reunía principalmente en el salón, porque ahí era donde la principal manera de consumir ocio y era el centro de la casa. No había mucho más donde elegir. Pero eso empieza a cambiar cuando aparecen los primeros ordenadores. Y esa tendencia se consolida cuando aparece el wifi, cuando aparecen los móviles o las tabletas. Ahora podemos estar viendo un video en YouTube en el baño o a un chaval jugando al Counter Strike en su habitación. Ya no hace falta estar en el salón, que ha perdido importancia porque el ocio se ha fragmentado con dispositivos que son de uso personal en muchos casos. Eso también está generando que muchas personas pasemos mucho más tiempo en la habitación que antes no. Antes era un lugar básicamente para dormir y eso ha cambiado, con gente que ve una serie antes de dormir en su smartphone o su portátil. Eso se nota en que nos preocupamos que cada vez sea más grande.
P. En mi entorno, cada vez hay más personas que pasan de tener un televisor en casa.
R. Yo tengo televisor, pero la verdad es que televisión tradicional no consumo y eso dice mucho. Hay que pensar cómo el salón llegó a ser el punto central de la casa. Antes no había radiadores. Por tanto, el encuentro se producía en torno a la chimenea, que era el punto de calor. De repente, aparecen los sistemas de calefacción y las chimeneas empiezan a desaparecer y las teles ocupan su lugar. Ahora está pasando un poco lo mismo, se está haciendo el camino inverso. Los televisores han perdido importancia para algunos y eso da como resultado que prescindan de ello.
‘Los Sims’ y la revolución de la cocina
La desaparición de los televisores sirve como resumen de una de las estancias que más ha evolucionado en las últimas décadas: las cocinas. No son pocos los que crecieron viendo a una de las mujeres de la casa pasando muchas horas en los fogones, con una pequeña pantalla para amenizar los quehaceres diarios. A día de hoy esa imagen es cada vez menos habitual. «En el tema de la cocina hay varios factores a tener en cuenta. Por una parte, hay un tema social y de machismo. Eran las mujeres las que se ocupaban de esas tareas y no los hombres. Por eso no importaba que estuviesen aisladas de otras zonas de la casa», cuenta Lope de Toledo. «Pero también existe un componente técnico. Los extractores de aire que hoy tenemos no existían y el asunto de los olores obligaba a apartarla. Ese cambio permitió acerca mucho más las cocinas, darles una nueva dimensión. Hoy hay cocinas abiertas al salón, porque se ve como algo más social. Ahora mientras cocinamos hablamos con el resto de la familia o con amigos».
Este arquitecto madrileño recurre al videojuego de Los Sims para explicar el origen de la cocina, tal y como, la concebimos actualmente en el imaginario popular. Los creadores de este título de simulación social recomendaban construir estas estancias con todos los elementos cerca, para que el personaje del jugador dedicase menos tiempo a cocinar y ganar tiempo para otras tareas. «Pasar menos tiempo allí era precisamente lo que perseguía Margarete Schütte-Lihotzky, la mujer que inventó el modelo que hoy tenemos en la mayoría de casas», añade.
Este concepto se conoce como la cocina de Fráncfort. Después de la Segunda Guerra Mundial, los alemanes querían crear viviendas en serie, estandarizando elementos que pudiesen replicarse en cadena y rebajar los costes. El resultado, marcado por el funcionalismo y racionalismo moderno, fue un puzle donde todo quedaba a mano. Se distribuyeron los muebles en dos líneas y se dejó un hueco en medio para que una persona pudiese moverse dando el menor número de pasos. Lope de Toledo recuerda que «aunque reciba críticas a día de hoy» por ser un concepto aislado, supuso una auténtica revolución para los tiempos que corrían.
El otro hecho que apuntaló la transformación de las cocinas fue la aparición de los electrodomésticos de línea blanca a mediados del siglo XX. La magnitud que supuso la revolución de estos aparatos se plasma también con una imagen histórica, la del Debate de la Cocina. En 1959, el presidente Richard Nixon y el dirigente de la URSS Nikita Jrushchov se vieron las caras en la Exhibición Nacional de EEUU, donde los estadounidenses habían montado una casa prefabricada, equipada con un montón de electrodomésticos. El soviético afeó el invento, tachándolo de ser la representación «capitalista de la mujer». «Lo curioso de aquello es que ahí estaban dos hombres, dos dirigentes mundiales, hablando del futuro de la mujer sin ni una mujer presente».
P. La cocina parece un sitio imprescindible en nuestros hogares. Y, sin embargo, hay lugares como Japón donde se reduce a la mínima expresión o desaparece.
R. Las viviendas se influyen por hechos culturales, económicos, sociales o tecnológicos, como te decía. Por eso una casa en Madrid no va a ser igual que en Marruecos o que en Tokio. El caso de Japón tiene que ver con que la comida en la calle, muchas veces, es más barata que comprarla en el supermercado y hacerla en casa. Ellos tienen un estilo de vida que les hace pasar mucho tiempo fuera de casa. Entonces, la cocina, nuevamente, se convierte en un elemento prescindible y ese espacio se aprovecha con otros fines. En este sentido, nosotros le damos mucha importancia, pero ya se están planteando conceptos en la que no haya en todas las casas una cocina, sino que exista una zona común para ello.
El olvido de los baños
En su obra, Lope de Toledo hace un recorrido exhaustivo por todos los elementos de la casa. Desde el salón hasta la cocina, pasando por el dormitorio hasta la fachada, los tejados o las terrazas. De todos esos lugares, explica, cree que el que más va a cambiar en los próximos años va a ser el baño. «Es un lugar lleno de contradicciones», argumenta. Una de estas cosas que le chirría es que esa habitación, sinónimo de higiene y salud, muchas veces se utiliza para almacenar productos de limpieza y químicos en una estancia que por norma está mal ventilada. «Otra cosa que no tiene sentido es tener por ejemplo el retrete al lado del lavabo, donde tenemos el cepillo de dientes. Ya hay investigaciones que señalan el número de bacterias que se esparcen cada vez que hacemos uso de la cisterna. Tampoco tiene sentido mezclar las aguas grises de la ducha o el lavabo con las aguas negras del retrete».
El arquitecto recuerda cómo los baños pasaron de ser «estancias de lujo» a pasar de ser una de las piezas de las casas que menos importancia se le da. «Hace un siglo no existían las canalizaciones de agua como las conocemos hoy, por eso los baños privados eran una cosa muy rara. Era un elemento de lujo y había gente que incluso colocaba obras de arte allí», comenta.
Los baños son también un reflejo de cómo la optimización industrial se apoderó de la arquitectura. Surgieron para concentrar todos los elementos sanitarios en un mismo lugar y así ahorrar canalizaciones y desagües. Al hacer viviendas en serie, fácilmente replicables, las canalizaciones y las tuberías condicionan que los constructores los coloquen en la misma posición. «Es difícil predecir cómo va a ser en unos siglos, pero estoy convencido de que va a ser el máximo lugar de cambios en la casa del futuro».
P. Hablando de la casa del futuro, el éxito de una empresa vasca que se dedica a hacer muebles motorizados que transforman tu dormitorio en un despacho me inquieta bastante, porque me da la sensación de que muchos vamos a acabar viviendo en minipisos.
R. Hace poco alguien me recordaba que el tema de los muebles convertibles es algo bastante viejo. Lo hemos vivido, con armarios de los que salía una cama para ganar algo más de espacio durante el día. Es cierto que cayeron en el olvido y ahora, por ejemplo, estamos ante algo cíclico. Desde hace tiempo, las casas tienden a ser más pequeñas. El ejemplo es cómo muchos han hecho negocio cogiendo un gran piso y compartimentándolo en dos o tres apartamentos. Es indudable que hay una falta de espacio y falta de suelo y estas ideas surgen en ese contexto.
Fuente: https://www.elconfidencial.com/tecnologia/2023-01-30/arquitectura-tecnologia-cambios_3564193/
