4 consejos para los almacenes de todas las ferreterías

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Sin producto no hay ventas y, sin stock de productos para reponer y vender, tampoco. De ahí que contar con un almacén para servir de regulador de nuestras ventas es muy importante y primordial.

Uno de los mayores problemas del sector ferretero son precisamente los almacenes. Una gran mayoría de ellos tienen poca cosa, ya que sirven para guardar y recoger tanto lo que sirve como lo que no, lo que se puede vender y lo que no se venderá nunca.

Lo peor que le pueden decir a un empleado de ferretería es que vaya a poner orden en el almacén, ya que en algunos de estos almacenes no se puede ni entrar. En muchos casos se vuelven a pedir productos al proveedor para no perder tiempo en buscarlos, lo que es realmente preocupante. Si supieran los ferreteros el coste que supone tener un almacén descontrolado, sin las condiciones lógicas y eficientes para un correcto funcionamiento, cambiarían de inmediato su conducta y arreglarían el almacén.

Un almacén con productos en malas condiciones significa sobrecoste, además de los riesgos que conlleva si no están bien colocados los artículos. Por no hablar del problema que supone entrar a buscar algo sin saber el tiempo que vas a emplear en localizar el producto.

Es una cruda realidad que ha estado y aún está vigente en una gran parte de ferreterías de nuestro país, ya que se priorizan otras cosas. Sin embargo, no se le da importancia a contar con los productos en el lugar adecuado y de la forma correcta para atender una demanda de un cliente o una reposición. Y así seguimos perdiendo tiempo.

Existen cuatro reglas de oro que son muy importantes y que deberían tenerse en cuenta siempre para disponer de un correcto y eficiente almacén: orden, señalización, espacio y seguridad. Estos cuatro conceptos son vitales y hay que controlarlos eficazmente, ya que, si no es así, pueden llegar a generar problemas muy graves, con riesgo de accidentes y hasta la pérdida de ventas y beneficios.

Orden

Conlleva diversos temas, pero confluyen en lo mismo: sin orden no podemos hacer absolutamente nada, no sabremos dónde están los productos, al no contar con unas ubicaciones lógicas y funcionales.

No podremos comprar más para guardar, si no sabemos si contamos con espacio. Por este motivo, debemos ser muy estrictos en su aplicación a nivel de todos los empleados, ya que cuando no hay orden suele ocurrir que se va dejando todo por ahí, porque, si otro lo hace, ¿por qué no hacerlo yo? Si la primera vez no se baja una caja para guardar un producto y volverla subir, significa el inicio de un proceso degenerativo y, además, se contagia a todos los empleados de la ferretería. Por esto es tan importante dar ejemplo en este punto: no dejar ni permitir nada de nada a nadie, ya que cuando empieza el desorden, le sigue el caos y luego los conflictos.

Señalización

Es una de las gestiones más fáciles de desarrollar y además de las más económicas. Aporta unos resultados espectaculares. Esta solución mágica es tan sencilla como tener identificados los pasillos, los módulos de estanterías y los niveles de altura donde guardamos los productos. Así de simple. Casualmente no llegan ni al 30 % los almacenes, en la pequeña y mediana ferretería, que cuentan con una mínima identificación para una rápida búsqueda de los productos. Aunque sea a mano en un folio en blanco, escribir un número o una letra y pegarlo en el lineal del pasillo o racks y así sucesivamente en todos los pasillos y módulos que tengamos.

Añadimos un pequeño croquis con los números o letras para situarnos y, una vez que coloquemos productos, dejarlos siempre en el mismo lugar. Esta simple solución genera aproximadamente una ganancia de tiempo del 41 % del que se aplica normalmente. Y simplemente con una hoja de papel. ¿Qué ocurre cuando ya lo tenemos todo informatizado? Sin comentarios.

Espacio

Conocer con qué cantidad de espacio útil disponemos nos puede salvar de muchos problemas. Debemos saber cuántos metros y zonas disponemos. En muchas ocasiones, ocurre que contamos como espacio útil los pasillos de tránsito, dentro de los lavabos, en el vestuario del personal, la propia calle mientras se descarga, etc., un sinfín de espacio que existe, pero no debe de ser ocupado por ningún producto, ya que cuando ocupamos los pasillos estamos generando un problema todavía mayor, al tener que quitar cada vez que tenemos que acceder a una estantería todo lo que hay delante o bien hacer de equilibrista para llegar a coger lo que se necesita saltando por encima de lo que hay delante.

Conocer los límites de nuestro almacén a nivel de capacidad es vital y necesario. Tampoco podemos comprar sin control, sin contar que hay que recepcionar, reponer una parte ya en la tienda y otra parte queda en espera para que reponga cuando se necesite. El sistema de improvisación y falta de profesionalidad no funciona.

Seguridad

De los cuatros puntos, creo que este es el más importante, porque la falta de seguridad conlleva riesgos que pueden generan daños tanto a los empleados como a los propios productos. Hay que cumplir escrupulosamente con todas las medidas de seguridad laboral que marca la normativa. No se pude hacer caso omiso y pensar que “esto a mí no me pasará”, porque sí ocurre y luego vienen las lamentaciones y los problemas. Debemos contar con los elementos de trabajo adecuados, como una escalera apta para subir y bajar paquetes, no pisar cajas de cartón para llegar a otros productos; no dejar productos ni embalajes por el suelo; si se utilizan máquinas para facilitar la colocación como elevadores, toros, etc., hay que ser más estrictos todavía con las normas; no manipular ninguna máquina, si no se dispone del conocimiento para hacerlo…

Y otra de las normas de oro dentro de la seguridad es la de no dejar pasar, bajo ningún concepto, al cliente a la zona de almacén, por el riesgo que esto conlleva y las responsabilidades que se generan. Nadie debe acceder al almacén, sea del tamaño que sea. La seguridad no es para unos pocos, sino para todos los miembros de la empresa y, si uno no lo cumple, se debe advertir que debe hacerse, se quiera o no se quiera.

Si el almacén está bien gestionado, supone un aporte de beneficios, ya que reducimos los tiempos de espera de los clientes, nos facilita la localización de los productos, su correcta colocación y el poder inventariarlos, etc.

Sugerencias y comentarios para un correcto almacén

  • Hay cuatro aspectos básicos que debemos cumplir en nuestro almacén;
  • orden, señalización, espacio y seguridad.
  • El almacén de nuestra ferretería es una de las piezas claves para el buen funcionamiento de nuestra actividad.
  • La seguridad en nuestro almacén es una de las principales normas que debemos hacer cumplir a todos los empleados.
  • Debemos limitar la ocupación de los espacios de tránsito al mínimo para facilitar la movilidad

Fuente: https://ferreteria-y-bricolaje.cdecomunicacion.es

 

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