Un comentario muy habitual de casi todos los ferreteros consiste en quejarse de la falta de personal para atender a los clientes y desempeñar las labores del día a día de la actividad. En muchos casos, esta queja o comentario es cierta, pero muchas veces, no. Y se convierte en la excusa perfecta, ya que, si algo va mal o se hace mal, se le imputa a la falta de recursos de personal.
Ocurre en muchos establecimientos que las responsabilidades y tareas del personal no están bien definidas, incluso equivocadas en la forma de repartir dichas tareas, que van desde atender a los clientes y cobrar en la caja, a reponer, hacer pedidos, atender a proveedores, poner precios, etc.
¿Qué hacen o qué deben hacer los vendedores cuando no hay clientes para atender? ¿Dónde tienen que estar colocados o repartidos para atender a los clientes y ser visibles cuando estos entran a la ferretería?
Para ello, podemos aplicar estos consejos sobre dónde y cómo debe situarse el vendedor para atender al cliente en nuestras ferreterías.
1. Es recomendable que el mayor número de vendedores o personal del establecimiento siempre se encuentre visible para el cliente, con el objetivo de solucionarle cualquier duda que le pueda surgir en su estancia en nuestra ferretería. Esto es algo natural y lógico y no todo lo contrario, que deba el cliente localizar a alguien que le pueda atender.
2. La posición del personal resulta vital para facilitar la compra al cliente y ofrecer una imagen de organización. Para ello, cada vendedor deberá de contar con una zona de trabajo y también de permanencia, para así atender mejor al cliente, con más agilidad y con mayor control sobre él.
3. Los vendedores no deben estar agrupados en una sola ubicación, como el mostrador de atención o la caja, porque en estos casos obligamos al cliente a desplazarse hasta donde se encuentra el vendedor. Lo lógico es que el vendedor se interese por lo que necesita el cliente cuando este cruza la puerta y entra en nuestra ferretería.
4. Es normal que el cliente entre en nuestro establecimiento y, si disponemos de venta en autoservicio, mire y vea lo que tiene interés comprar con plena libertad. Esta situación es normal y lógica, pero no lo es dejar a los clientes que den vueltas y vueltas para localizar lo que necesitan y que además deban localizar al vendedor para que les atienda o informe. Esto no debe ni puede ocurrir, pero lamentablemente pasa con mucha frecuencia.
5. El vendedor debe compaginar otras tareas de la actividad del establecimiento cuando no hay clientes, pero deben desarrollarse sin desconectar con la visibilidad y el control de la sala de ventas. Si estamos realizando cualquier tarea, como una reposición de producto en el lineal o etiquetando, no podemos estar únicamente fijándonos en lo que hacemos, sino que hemos de permanecer siempre atentos a los clientes y lo que podemos hacer por ellos. En muchos de estos casos, el cliente no nos quiere molestar y se espera o se marcha.
6. Realizar otras acciones que no se deben hacer con clientes en nuestra ferretería supone un problema, porque transmitimos una mala imagen de falta de interés. Pero esta sensación todavía es mayor cuando desatendemos a un cliente por temas personales visibles por los clientes. Uno de los casos más flagrantes es la utilización del móvil personal en horas de trabajo y dentro de la sala de venta con clientes. En ocasiones, estos esperan a que el vendedor termine una conversación o de pasar un whatsapp. Esta conducta provoca que muchos clientes ya ni molesten al vendedor. Si hay que hacer una llamada porque es necesaria o urgente, no hay problema. Pero que no sea visible por el cliente. Y, durante ese tiempo, se debe de avisar a un compañero para que controle la zona de trabajo de la otra persona, como cuando es necesario ir al baño. La mala imagen que produce la utilización de los móviles no es comprendida por el que lo está utilizando, ya que se suele decir que es un momento. Pero para el cliente precisamente es “su momento”, cuando necesita de la atención y consejos del vendedor.
Sobre este tema, la lista de puntos es mucho más larga e imposible de relacionar aquí. Pero se debe de tener siempre en cuenta que la visibilidad del personal y la predisposición a que los clientes vean a los vendedores que están para atender sus necesidades les tranquiliza y les facilita las compras. No podemos agrupar o juntar a todos los vendedores en un mismo lugar para conversar y dejar al cliente que vaya mirando, ya que, si tiene una duda, habrá de desplazarse hasta el vendedor y esto no debe de ser así. En un restaurante, va el camarero a la mesa y no el cliente al camarero. Pues algo parecido debe ocurrir en nuestra ferretería.
Sugerencias y comentarios sobre dónde debe situarse el vendedor
- Que el personal de venta se encuentre distribuido por nuestra ferretería facilita la compra a los clientes.
- La imagen que ofrece una ferretería con todo el personal junto hablando de sus cosas en voz alta y el cliente dando vueltas por la tienda no es la mejor para vender más.
- Se recomienda que, cuando se estén desarrollando las tareas del día a día propias de la actividad, se permanezca atentos o pedir ayuda a un compañero para atender las necesidades de nuestros clientes.
- No importa el número de empleados que tenga una ferretería. Pero es necesario que, aunque sea solo uno, se encuentre siempre visible y localizable para los clientes.
Fuente: ferreteria-y-bricolaje.cdecomunicacion.es