Lagunilla, Heredia, Costa Rica.- Analizar las oportunidades que les presenta el negocio, estudiar a fondo las necesidades de los clientes para definir el inventario más adecuado y tener el norte claro de crecimiento, son parte de las premisas con las que hoy se mueven las Ferreterías Jizar.
Roy Jiménez y Alonso Salazar son los comandantes y jefes de esta nave, una empresa que ya cuenta con 3 años de fundada y en su haber alberga 4 tiendas: 2 de ellas en La Puebla de Heredia, una en Lagunilla, cerca de La Uruca, y otra en Guadalupe.
Para Jiménez, el negocio siempre tiene que tener la característica de invitar a los clientes a entrar, “por eso cuidamos los detalles, que el negocio esté bonito, que tenga buena iluminación y que los productos de más rotación sean los que estén más visibles”, asegura.
Para Salazar es la misma consigna pues considera que el negocio debe venderse casi solo. “Cuando el cliente entra a la tienda, es porque necesariamente busca comprar, que lo atiendan bien, que le solucionen, y nos toca a nosotros darle lo que busca y si es posible, sin que signifique vender por vender, que aumente el peso de sus transacciones”, agrega Salazar.
En estos 3 años que han estado en el mercado, y según Roy, poco a poco han ido driblando el derecho de piso de todo negocio. “Queremos convertirnos en negocios buenos, en negocios maduros, en negocios que se manejen con equilibrio, por eso somos vigilantes y tomamos las decisiones con sigilo”.
Asegura que a inicio de año, las ventas empezaron a ir mejor, incluso se empezó a respirar cierta estabilidad. “Continuamente, estamos monitoreando y llevando el pulso, pues dada la Pandemia, a veces, a nivel general, se genera cierta incertidumbre”.
Ambos son estudiosos del negocio, incluso aprovechan algunos momentos para atender clientes, “lo que nos da una noción clara para entender las necesidades”.
Siempre en stock
Los negocios ferreteros deben lidiar con todo tipo de clientes, están los que se dejan asesorar y los que confían plenamente en las recomendaciones de los ferreteros, y están otros como los tradicionalistas o profesionales que saben lo que buscan, y que por lo general están acostumbrados a usar ciertas marcas.
“Siempre estamos preparados para atender todo tipo de clientes. Tratamos de tener surtido, que no falte nada, tener siempre en stock y por ese tema de inventario, buscamos que los clientes nos identifiquen”, puntualiza Jiménez.
Ambos son empresarios con visión de crecimiento, por eso Roy afirma que la idea, en el momento que las oportunidades lo permitan y asimismo la economía, confían en abrir un punto de venta más. “Nuestro objetivo es llegar a tener 10 tiendas”.
Uno de los imanes que usan, para ciertas temporadas sobre todo, es atraer clientes por medio de las redes sociales. “Constantemente, estamos impulsando las redes, pues sabemos que hay muchos clientes que nos buscan por ahí. En lo que menos se espera aparece una oportunidad y logramos generar mayor tránsito”.
Tomar la temperatura del negocio
A ambos los gobierna la pasión del negocio, por ello Jiménez asegura que tratan de no descuidar los detalles, que se mantenga siempre un estándar en el servicio al cliente. “Esto es de todos los días, hay que llevar un pulso y la temperatura del negocio si se quiere mejorar”.
Hoy cuentan con 20 colaboradores, y cada uno de los puntos tiene una superficie promedio de 200 metros cuadrados, y atienden un promedio de 220 clientes diarios en cada punto.